jueves, 28 de agosto de 2014

Yo también desee

Yo también pasee por alfombras, que en otoño cubren las calles, paseos que realizaba, para encontrarme en cálidos bares con mis amistades, y entre cervezas compartir las horas, compartir reflexiones y cercanías abriendo el alma, mostrando el mapa emocional del momento. 
Yo también soñé con un hogar más grande, y un trabajo a la altura de mi ego, recibiendo el dinero que mi inteligencia merece. Soñé con playas donde reposar mi cuerpo, a pesar de rechinar con mi bienestar, contradiciendo el verdadero deseo, mas soñé que era normal, en un mundo enfermo, y enfermé hasta se derribado por miles de dedos acusadores, que denuncian mis esfuerzos soñados por desequilibrar los mercados de valores, antes incluso de ser abandonado por el rebaño, y quedar en compañía de mis amistades, acogiendo al apestado.
Porque yo también desee una vida repleta de posesiones, que ahora nada valen, a pesar de reclamar el pago por ellas. Fui un fiel ciudadano, cumpliendo las ordenes que hoy me abandonan, renegando de mi, puesto que soy una insignificancia que en nada afecta al sistema.
Porque yo también creí ciegamente en el mundo, negando mis dudas e ignorando las contradicciones, tan sólo por ser parte de una masa informe, así renuncié a mis intuiciones que advertían del abismo, de la soledad en la cual caería una vez que tropezase.
Yo también aposté por la ingenuidad, creyendo no conocer la realidad, y deposité mi voluntad en sabios que abandonaron el barco, quedándome desvalido, ante las fieras que guían el rebaño.
Yo también desperté en el estercolero donde me abandonaron, en los márgenes de un camino vetado para mi, desprovisto de herramientas con las que construir un nuevo hogar. Ahí donde sólo pude oír las voces de mi silencio, entre iras y desesperaciones, lugar donde tuve que aprender a vivir.

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