lunes, 25 de agosto de 2014



No estoy aquí para justificar tus logros o fracasos, ni para ser el pedestal sobre el cual descansas, ni cubrir tus necesidades. No estoy aquí para ser tus respuestas, o cumplir tus expectativas, ni ser tu salvador. No estoy aquí para encajar a la perfección, en las imperfectas formas que nos delimitan, ni ser el final de un bello cuento, respuesta a un largo deseo. No estoy aquí para ser una copia tuya, ni ver exactamente el mundo tal cual lo ves, ni saborear con idénticos sabores. No estoy aquí para ser fiel imagen tuya.
Porque yo estoy aquí para amarte, y embriagarnos de amor, apoyarte no por tu imperfección, si no por evitar que tierras removidas provoquen tu derrumbe. Porque estoy aquí para ver a través de tus ojos, e invitarte a ver a través de los míos, sin que por ello se renuncie a ser quienes somos. Porque estoy aquí para compartir sin reservas las perfectas formas de nuestras imperfecciones, compartir los cielos y los instantes de una vida repleta de cariño. Estoy aquí para discrepar y así enriquecernos, descubriendo las preguntas más bellas de la vida. Porque estoy aquí para sentir la vida a través de cada emoción que aflora junto a ti, sentir como crezco al entregarme en ti, y llenarme de tu entrega. Porque estoy aquí debido a que mi corazón late salvaje cuando te reconoce, y sueña con posibles imposibles, mientras lo cotidiano se desprende de rutinas infernales, en una comunión que refuerza mi voluntad de amarte y vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario