No estoy aquí para justificar tus logros o fracasos,
ni para ser el pedestal sobre el cual descansas, ni cubrir tus necesidades. No
estoy aquí para ser tus respuestas, o cumplir tus expectativas, ni ser tu
salvador. No estoy aquí para encajar a la perfección, en las imperfectas formas
que nos delimitan, ni ser el final de un bello cuento, respuesta a un largo
deseo. No estoy aquí para ser una copia tuya, ni ver exactamente el mundo tal cual
lo ves, ni saborear con idénticos sabores. No estoy aquí para ser fiel imagen
tuya.
Porque yo estoy aquí para amarte, y embriagarnos de
amor, apoyarte no por tu imperfección, si no por evitar que tierras removidas
provoquen tu derrumbe. Porque estoy aquí para ver a través de tus ojos, e
invitarte a ver a través de los míos, sin que por ello se renuncie a ser
quienes somos. Porque estoy aquí para compartir sin reservas las perfectas
formas de nuestras imperfecciones, compartir los cielos y los instantes de una
vida repleta de cariño. Estoy aquí para discrepar y así enriquecernos,
descubriendo las preguntas más bellas de la vida. Porque estoy aquí para sentir
la vida a través de cada emoción que aflora junto a ti, sentir como crezco al
entregarme en ti, y llenarme de tu entrega. Porque estoy aquí debido a que mi
corazón late salvaje cuando te reconoce, y sueña con posibles imposibles, mientras
lo cotidiano se desprende de rutinas infernales, en una comunión que refuerza
mi voluntad de amarte y vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario