lunes, 18 de agosto de 2014

Dar hasta vaciar el ego, dar como impulso de redención, entregarse al encuentro de otras manos, que reciben entregando una alegría sin igual. Dar lo que tras la piel se esconde, llenarse de la entrega, sin reservarse nada, hasta entregar el alma. Vaciarse cuando en la pobreza queda meros objetos que no entrengan vida, porque ya pesa lo que no entregue, aquello retenido en mis entrañas. Por ello me vaciaré entregando todo, llenaré mi aire de la entrega, para recibir lo que me falta, el calor humano que prende en la entrega, la luz alumbrando el rostro de quien recibe, ofreciendo su gratitud, su esperanza, su afecto.
Dar hasta eliminar mi ego, para llenarme de la compañía, será mi camino, fundiéndome con l humanidad, dejando atrás la división que aisla. La identidad que encarcela, e impide ser libre para compartir, el verdadero sentido de mi vida.
 

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