jueves, 7 de agosto de 2014

Brumas del ayer rascan la roña acumulada en la piel, abriendo sus poros para respirar el viejo anhelo. Y todo es perfecto en su imperfección, y todo fluye ante la mirada cansada, sabedor de que no podrá alcanzarlos, ya vivió más de lo que las probabilidades le ofrecieron. 
Sentado en su mecedora ve la vida pasar, mientras evoca tiempos pasados y de vez en cuando relata sus cuentos a viajeros que se acercan a escucharles. Reflejo de quien fué aún sigue emocionandose al compartir espacio y tiempo con espíritus libres e inquietos.
En tiempo de la espera otea el cielo atentamente, comprobando sus sutiles o bruscos cambios, y anticipando la llegada de cada estación. Observa también como la tierra cambia sus colores y sus olores llegando a sentir añoranza y nostalgia de todos los seres a los que amó, y le amaron. Porque ya sólo espera partir de esta vida agotada hasta la saciedad.

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