Cuando todo lo material desaparece, queda perrenne la vida, presta a ofrecer nuevas oportunidades.

Me lleno de tu mirada, extensa luz que inunda mis oscuridades, enternenciendo mi rocosa alma, que se diluye en el vaho de tu respiración. Reafirmo mi humanidad al contacto de tu bendita mano, que auyente soledades y angustias, transformando derrotas en cotidianas victorias.

No sólo beso tus lábios, a través suyo alcanzo a tu alma, que palpita en mi corazón, danza que me despertó de la apatía qe invadió mi reposo. Me ofrezco a tus manos, para revivir las caricias de antaño, las caricias de ayer, la compañía amada.

Busco tu mirada, para bañarme en tu luz, alumbrando  callejones perdidos, que irrumpierón en el pasado. Y bajo tus ojos aflora una sonrisa que me recuerda a la cuna donde reposar el hastiado cuerpo. Sonrisa que anuncia la llegada del caudal de vida, inundando mi reseca piel que recubre mi ser.

Y cada instante a tu lado es un estallido de eternidad que casi abandoné, derroche de felicidad que siembra los sentidos.

Me lleno de tu luz hasta cegar mis oscuridades.

Los avatares del día conlleva instantes de desilusión, e instantes de alegría.

Miro el cuadro viviente, que ante mis ojos se desarrolla. Besos enamorados, personas leyendo, voceríos alegres de niños, sobre el escenario de un parque, e imagino encuentros fugaces que dejan huella, camuflados en el movimiento de mi cuadro viviente. Vida en todo esplendor.

Sucende hechos que construyen realidades, pátina de una necesaria comprensión, que apenas abarca la infinita verdad de la vida.