viernes, 25 de octubre de 2013


Ya no sé si es comienzo o final. Si terminar o iniciar, porque no sé si la vida sigue o se extinguió. Por ello no sé donde permanece mi presente, ni mucho menos sé donde me espera el futuro, puesto que el pasado se desordeno perdiendo las instrucciones de uso, y la guía para alcanzar no se que meta. 
Desconozco el lugar que sostiene, y olvide la seguridad guardada en no sé que arcón, que perdí entre la marabunta de pensamientos desordenados, olvidos que aspiran recuerdos, creando vacíos.
No siento firme el suelo que piso, y pareciera que cielo aplastaría mi cuerpo. Confundo el aire con suspiros, o con el agua, pierdo el tiempo tras las huellas de desconocidos pies, y abandono el caminar, puesto que no encuentro el motivo del porque andar.
Respiro las últimas o primeras bocanadas de palabras que indigestan mi estómago. Respiro lo que queda del desastre.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Tras miles de caras conocidas, miles de textos leídos, en planas pantallas, cuando llega el frío de mi soledad, sólo quedan aquellas que prenden hogueras para alumbrar y calentar la desesperanza, aquellos que beben mi sonrisa, en los amaneceres de mi alegría desbocada, aquellos que miran tras el ejercito de atributos, y nos aceptamos tal cual, desde la confianza que permite ser sinceros en opiniones, sin que ello desconecte todo el cariño que fluye en soleadas soledades.
Al final cuentan aquellas personas que dan el calor en las noches de desilusiones, que logran crear una fiesta en la nada del aburrimiento, celebrar lo absurdo como seguir existiendo confraternizados, porque de lo extenso del mundo, sólo en un puñado de granos descubro el universo, en unas gotas de lluvia siento que existo. Y más allá la nada, ruido que confluyen en mi camino.
Sólo me empapo de vida, en compartir espacio donde sentir cuerpos y voces, en tiempo presentes, allí donde añorar ausentes, y alegrar la mirada con rostros amados, vistiendo el corazón con venturas del ayer, y llenar el espacio vacío con tiempos vivos del hoy. Momentos donde confesar los secretos más recónditos, sin temor a burlas, porque el calor humano prevalece. Vida que nace del encuentro, del íntimo encuentro de unos pocos átomos en una inmensidad inabordable. Ahí está el vivir, en ese puzle de compenetrar unas partículas que fluyen al son de un mismo corazón.

lunes, 21 de octubre de 2013


Verborrea mental, exponiendo huecos como sentencias absolutas, abrazados a una certeza alzada a los altares de la verdad, la única verdad en la que creer.
Proclamas de paz a fuego impuesta, violencia que rescata a la palabra insustancial, ideal de la nueva conciencia pacífica. Nuevos modos de actuar, basados en viejas tradiciones, desprecio al diferente, que se niega a ser adoctrinado, en una libertad coartada, por las órdenes del líder, en pacífica agresividad.
Y seguir encontrado personas en la frontera de las masas uniformes, consumidoras de doctrinas y eslóganes, hambrientas de palabras sin nombres, sentencias que no dicen nada, y ante el hecho de desenmascarar el vacío, golpe al ser que pretenden proteger, dardos de descalificaciones en nombre de la paz.
Y seguir indiferente al ruido que se berrea, alegres de encontrar seres auténticos, contradictorios, desenganchados de verdades absolutas, embarrados en la vida, heridos con el disfrute de vivir sin cortapisas, muriendo en cada sensación, entre miedos y sonrisas, borracheras y abstinencias. Seres que no se anuncian como libres, sino que ejercen su libertad. Miradas que se prenden al son del encuentro. 
Humanos, plenamente humanos, que dejaron búsquedas, para vivir despierto ante el horror de los ambiciosos, y salvadores, que sus altares crucifican lo más puro de cada cual, la efímera humanidad, contradictoria en su totalidad, anárquica en su realidad. Ardiendo en hogueras de pasión, y no en piras de condenas.
Vivir al día, vivir en el día, sin abordar más allá de la contemplación de la naturaleza, lejos de doctrinas y verdades falseadas. 
Vivir desde lo humano.

domingo, 20 de octubre de 2013

La oscura noche recuerda, los deseos por cumplir, los caminos que se abandonó, las personas que no están, las personas que acompañaron. Recuerda los sueños que no pudimos realizar, los anhelos que alimentaron el día.
La oscura noche es depositaria de las voces que no se pronunciaron, las risas que no sonaron, las lágrimas que no brotaron.
La oscura noche muestra los frutos del día, del día que no volverá, sin camuflaje alguno. Muestra con lenguaje directo, lo que nos atrevimos a vivir, aquello que robamos al miedo. Llena de satisfacción o dudas todo corazón.
La oscura noche es el testigo fiel, que reclama llenar sus páginas con la vida experimentada.

viernes, 18 de octubre de 2013

Salen en tropel los millares de soledades, concentradas en los nuevos altares, donde confluir apelotonadas, calentando el frío solitario. Salen con idénticos gestos, mimetizados a lo largo del contacto que les identifican, cual seres normales. Discurren sus pensamientos memorizados dentro de los límites impuestos. Desprecian lo mismo, como corresponde a seres de bien, viven encerrados en el mismo lugar, al que identifican como libertad, una libertad programada, que ejercida en su totalidad es descalificada, sonríen con idénticos sonidos enlatados, y proponen las idénticas soluciones para cualquier problema, como si tuviesen la llave maestra para todo, a pesar de existir continuamente tensiones vitales.
Surgen a la misma hora, eludiendo sorpresas, y de este modo ocultando deformidades internas, que contradicen sus palabras. Perfuman el ambiente de su soledad, que camuflan con el término de identidad, identidad otorgada por la masa, sustituta de toda comunidad, masa uniformada para seres de bien.
Colonizan las soledades organizadas las últimas fronteras de una vida natural.