Verborrea
mental, exponiendo huecos como sentencias absolutas, abrazados a una certeza
alzada a los altares de la verdad, la única verdad en la que creer.
Proclamas
de paz a fuego impuesta, violencia que rescata a la palabra insustancial, ideal
de la nueva conciencia pacífica. Nuevos modos de actuar, basados en viejas
tradiciones, desprecio al diferente, que se niega a ser adoctrinado, en una
libertad coartada, por las órdenes del líder, en pacífica agresividad.
Y
seguir encontrado personas en la frontera de las masas uniformes, consumidoras
de doctrinas y eslóganes, hambrientas de palabras sin nombres, sentencias que
no dicen nada, y ante el hecho de desenmascarar el vacío, golpe al ser que
pretenden proteger, dardos de descalificaciones en nombre de la paz.
Y
seguir indiferente al ruido que se berrea, alegres de encontrar seres
auténticos, contradictorios, desenganchados de verdades absolutas, embarrados
en la vida, heridos con el disfrute de vivir sin cortapisas, muriendo en cada
sensación, entre miedos y sonrisas, borracheras y abstinencias. Seres que no se anuncian como libres, sino que ejercen su libertad. Miradas que se
prenden al son del encuentro.
Humanos,
plenamente humanos, que dejaron búsquedas, para vivir despierto ante el horror
de los ambiciosos, y salvadores, que sus altares crucifican lo más puro de cada
cual, la efímera humanidad, contradictoria en su totalidad, anárquica en su
realidad. Ardiendo en hogueras de pasión, y no en piras de condenas.
Vivir
al día, vivir en el día, sin abordar más allá de la contemplación de la
naturaleza, lejos de doctrinas y verdades falseadas.
Vivir
desde lo humano.
JODER JUANJO, PARECES EL BOSS DE LOS PROFETAS. LAS CUATRO ÚLTIMAS LÍNEAS PARA ESCRIBIR EN UN MURO.
ResponderEliminarSEAMOS TREMENDAMENTE HUMANOS, SIMPLEMENTE HUMANIDAD. GRACIAS
Gracias por tus palabras, aunque lo de boss se me hace mucho.
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