martes, 21 de abril de 2015

Realidad reflejada

Los días estuvieron amenazados por dolores que acompañaban rencores, y frustraciones, negando la existencia de una verdad negada. los días amenazaban la cordura obviando las manos tendidas y apoyo ofrecido, ignorando la lejanía, así anduve por el inframundo, cuando aún el cielo amaparaba mi cabeza.
Hasta que el espejo de mi mirada, reflejó mi esencia, lo indestructible de mi vida. Se mostró lo que los trastos del abanadono ocultaban, mi deseo humano de vivir como terapeuta, de escribir en el aire, y pasear o leer en las tardes. Nada queda ya en los rincones de mi alma, nada me amarga, ni siquiera la escasez monetaria, ni siquiera el fin de amores.
Porque amé intensamente, porque encontré mi esperanza olvidada, porque me bañé en la compañía amiga, porque volví a soñar, y a pesar de que no pueda cumplirse, la muerte será dulce, el día de mañana.
Desprovisto de acumuladas pertencencias siento la liviandad que conduce a la paz interna, toda vez aceptado la vida tal cual se entrega. Y ante la imposivilidad de conocer el futuro, centro mi existencia en el presente, entreno mi mente para fijar su atención en cada instante. 
Queda el mañana, pasando por el hoy, habiendo transitado el infierno de los temores para alcanzar las puertas de mi personal paraiso.