jueves, 4 de septiembre de 2014

Reto al tiempo.

Cansado de asistir a rituales vacíos, a enseñanzas huecas, retorno a mi hogar, refugio del olvido, distancia de palabras sin sentido, queriendo otorgar veracidad a actos injustos. Horas muertas transcurren, desfilando ante el hastío de la sin razón, deseando mi cuerpo regresar al hogar, donde centrarse en lo importante, abandonando lo urgente.
Retar al tiempo con diseños de futuros, proyectos que adornen el vacío espacio de mi habitáculo. Imaginación plasmada sobre papel, creando mundos emotivos, diametralmente opuesto a las horas vacías, que vivo. Retar al tiempo con ilusiones, que los atriles de las tardes desinflan, esperanzas que revitalizan los aires respirados. Retar al tiempo con jardines del deseo, que por los poros de mi piel transpiran, perfumando mi cuerpo de sueños reales, escalando montañas de pésimo realismo, y valles de burocracia, incapaz de ordenar las pasiones que viven en nuestros silencios. Retar a tiempo para escapar del tedio, de escuchar sonrisas profident, y palabras elaboradas en laboratorios de buena conducta. 
Retar al tiempo con ensanchar los horizontes, y caminar más allá de lo establecido, regando de semillas el suelo, oliendo el fruto de la esperanza. Salvaguardada de desinfectantes agresivos, que son las suaves órdenes de los gendarmes, guardianes de las fieras que dirigen la artificial vida.
Retar a la vida con llevarla al altar, y enamorarla con imperfectas formas ilusionantes, convidando al banquete, a mis ojos con corazón desbordado, espíritus libres, desangrando alegrías, en el festín de los olvidados. Almas capaces de transformar en diamantes cualquier dolor, hermanos corazones que compartimos el tiempo retado, a costa de los tropiezos impuestos.
Reto a mi mente, para ser obediente con un corazón ardiente, que desea saciar su sed, en apasionante vida, en pasiones prohibidas, en amores puros, alejados de enseñanzas morales del celuloide, de lideres plenamente sabios. Reto a mi mente a dejarse llevar por sueños posibles, abandonando fantasías irreverentes, en permanente voluntad, avanzando entre obstáculos y manos amigas.
Reto al ruido de las aulas y tertulias, a que miren mi encallecido rostro, en desgarro permanente,  empeñado en existir, para alcanzar la vida, que cada discurso olvida. Que miren mi piel herida, y escuchen mi voz sin pretensiones de reconducirme por el sendero del cual fui expulsado, sendero al cual no deseo volver, mas si deseo exponer dolores y esperanzas que desarmen el orden ilógico del mundo, que desarmen sus conciencias.
Sólo quiero retar a mi vida, en una permanente búsqueda de experimentar sensaciones, en planificar logros, que serán bebidos al final de cada etapa. Comer en grata compañía, y vestir con los abrazos que tejieron mis ropajes, amar al amanecer, besando el alma desnuda, y soñar con realidades vivientes. 
 

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