lunes, 8 de septiembre de 2014

Dolencias.

Amenaza mi equilibrio el malestar físico, hoy mi cuerpo pide mantenerse tumbado, ignorar el mundo, refugiado en soledad. No hay paso sin estar midiendo el siguiente, evitando así caer, hoy soy un remolino viviente, ajeno al mundo que me rodea, por más que mi mente grite las obligaciones que cumpliré.
Forzaré el alma hoy para estar en la vida, aunque las dolencias ralenticen el ritmo necesario para permanecer en el mundo. Obligaré a mi mente a concentrarse, a su pesar, acallando sus reclamos de borrachera mareante en la cual esta.
Porque hoy no debería existir, ser un cuerpo inerte que tumbado permanece impasible, ante reclamos de la vida. Invernar hasta que recupere mis sensaciones agotadas, rescatando el ánimo que secuestró mis dolores, viviendo una tregua en el combatir diario, que hoy me derrota, siendo una sombra de mí mismo.
Mas las exigencias de un mundo insensible e incapaz de comprender, se imponen a golpe de voluntad ajena, reclama su tributo diario y empuja al abismo mi maltrecho cuerpo, esperando en vano el mismo rendimiento que ayer, pensamiento de una máquina, encadenado a una cadena de producción.
Hoy he de seguir como siempre, sin las armas robadas por mis dolencias. Dolores que impuestos compiten por atrapar la atención, debilitando la motivación, hasta tumbar el cuerpo. Mas proseguir con la rutina, es el empuje de mi voluntad, aunque sea a medio gas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario