miércoles, 24 de septiembre de 2014

Guerrera de paz

Atraviesa la soledad, entre dudas que refuerzan su confianza, enfrenta su futuro con el empuje de una fuerza vital, nacida en el seno de un corazón, generoso y bondadoso, brújula que conduce a los espacios, donde la vida se manifiesta, sonrisa en ristre, lágrimas entregadas al viento, llena de emotivos momentos cada segundo.
Lanzada al futuro, mantiene su navegación equilibrada, sin rechazar los embates de las mareas, besa la vida con pura fe, convertida en actos, construyendo su existencia, desde el caos de un cambio que la aleje de la inanición vital, rompiendo las fronteras de la soledad. Ternura despliega ante los acompañantes, sensibilidad que renueva en cada despertar, conectando con el alma del prójimo, gestos de un infinito amor, bajo el cual refugiarse, caricias de voz penetran por los oídos de quien se para a escuchar su saber, esforzada mujer combatiente de sueños, que en su magia saber cumplir.
No deseas partir de su lado, basta ser su remo, para sentir la felicidad que comparte, u observar las flores que plantó en sus cicatrices, heridas cicatrizadas recibidas en su empeño de vivir. Vivir humanamente, sin camuflajes de heroína, ni medallas de superviviente, aunque en su caminar hubiera momentos de desfallecimientos, besó el suelo para incorporarse y proseguir.
Entrega su corazón sin reclamar recompensas, siendo la alfombra por la cual traspasar los abismos, ante los cuales enfrentarnos, y sus abrazos son el abrigo que destierra el frío de las ausencias. No renuncia a sostener el precario equilibrio, de quienes confundidos buscan salida al laberinto del vivir. Iluminando el camino con su sonrisa y mirada transparente.
Guerrera de paz, ejerce con amor su destino hasta alcanzar las cumbres de su objetivo. Comparte su vida, con la humildad de quien sabe lo que cuesta vivir.
 

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