Selló mis labios con los suyos,
sorbiendo mis palabras y así permaneció el silencio, sellado por un beso.
Su piel, mapa extenso de su espirito, fue
recorrido por mis dedos, sintiendo el palpitar de su vida.
Mi piel fue explorada por la húmeda
sed que sus labios sentían. Entregando en derroche generoso una colección de
emociones.
Cegado busqué su tacto, y atrapados en
los brazos exploramos la existencia mutua, aclamando el disfrute de un amor
silencioso. Danzamos sin orquesta, ni pasos programados, únicamente al son de
unas caderas que entendieron el ritmo de una pasión que atravesaba nuestro
deseo de sentirnos vivos.
El tiempo se detuvo, mas la vida se
mostraba, crecía en respiración entrecortada, en cada latido que impulsaba la
voluntad de ser uno. La voz fue espectador de como comunicarse a través del
silencio, como lograr las más bellas expresiones sin palabra alguna.
Entregamos la desnudez del alma,
liberándola para descubrir las fuentes del amor placentero, descubriendo como
cada rincón susurraba un cuento.
Proseguimos ansiosamente, desde el
instante que sentimos el calor fluyendo por las venas, el deseo apoderarse de
la razón, la falta de aire en los pulmones y alcanzamos la antesala del morir,
para vivir la luz estallando en la fusión plena de nos, vaciando el
vacío.
Renacimos repletos de cariño.
Los labios sonreían, los ojos
capturaban la felicidad, los brazos nos acogían en nuestro hogar.
¿LO HAS ESCRITO TÚ O YO? ESTA VIVENCIA LA HE PASADO YO MISMO CON MI MISMIDAD.
ResponderEliminarPues mis dedos escribieron, mas puede que fuese con tu ayudo.
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