lunes, 6 de octubre de 2014

Ser la entrega más gozosa.

Llegar a tu mirada, incluso cuando esta parece cansada de mirar, reflejando el cansancio de su alma, la confusión que a veces la vida aporta, es lo que pido cada día. Llegar a tus manos, sintiendo tu corazón latir, mientras escucho a tus labios, los mismo que deseo besar, es lo que anhelo. Llegar a ser consuelo para el dolor cotidiano, entregando mi alegría a cambio del desanimo, hasta ver brillar tu rostro es mi esperanza de hoy. Ofrecerte mi ilusión, con la esperanza de que te permita proseguir libre, de permanecer en tu esperanza, gozando de la existencia, es lo deseo. Amarte siempre, a cada instante, en cada tiempo verbal, es lo natural para mi alma, una vez que te reconozco, llenándome de tu presencia, no habiendo mayor satisfacción para un corazón enamorado.
Sentir las dudas por mis actos, en la seguridad de lo que deseo, que no es más que tu bienestar, ser ladrillo en la catedral de tu felicidad, me basta para vivir con satisfacción, para escoger el sentido más sublime que la vida expone. La entrega que permite reconocerme, mientras mi mente sale de mí, sabedora de ser parte de un todo que me embellece, entrega gratificante que convierte al ego en insignificante, para fortalecer un ser completo en sí. 
Ser pañuelo que guarda tus sentimientos, quedando bordados por tus dedos, enriqueciendo el telar blanco con el arco iris de tu sonrisa, es el misterio nunca soñado, la abundancia de la cual nadie habla, el reconocimiento más bello que nadie puede esperar.
Convertir el sacrificio en generosa entrega, goce de vida que a tu lado descubro, transformando el esfuerzo en gratificante goce, juego donde todo se esconde, para ser revelado en la alegría, reconduciendo la tragedia inventada en una real comedia, de final incierto, abierto al sueño diario. Es en definitiva descubrir que la vida es un extraordinaria aventura cotidiana.
Amarte se convirtió en el origen de la mi existencia, puesto que tras el amor que te proceso, le sigue la esperanza, la ilusión, la fe un sí, la confianza abandonada, la vida en su plenitud. Y añadiendo tu cariño se muestra una vida gozosa. 
Amarte siempre con la intención de verte relucir, de contemplar tus logros, alcanzando un goce que embellece aún más tu espíritu, reflejado en tu cuerpo. Amarte siempre a cada momento, en cada situación, no en acto egoísta, sino en entrega gozosa, para que escoja aquello que puedo aportar a tu bienestar.
Resucitar cada día, desde que te reconocí, compartiendo cafés, o conversaciones, semilla que crece, atrayendo la lluvia que convertirá mi desolada piel en un jardín. Reaprendiendo a hablar con palabras sentidas, llenas de sentido, para rozar lo que siento.
Amarte es la experiencia cumbre más transformadora, el sentido más pleno que pudiera vivir, el compromiso más sincero que puedo establecer, buscando ser un grano que permita ayudarte a tu felicidad.

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