lunes, 11 de noviembre de 2013

Permanecera la vida, cuando yo sea polvo, cuando tu me olvides, y quede en paño de lágrimas retenido, permanecera la vida, cuando el eco del último grito se silencie, y la razón no encuentre motivos de existencia, permanecerá eterna la vida, que me acoge en estos instantes. 
Se mantendra aunque en mi ignorancia, crea que conmigo se extiguirá, alentado por los cientos de finales que contemplo, final que no le alcanzara, para sorpresa propia. Seguira exisitiendo sin dejarse influenciar por nadie, sabedora que ella es quien nos da cuerpo, y no es al revés, sabedora que del polvo construira nuevos universos, alimentándose de sí misma.
Y es que la eternidad es una cualidad exclusiva de ella, todo lo demás han de transformarse en espacios nuevos, mas ella proseguira, cuando nada quede ya. 
Imposible de ser atrapada, inclasificable, impondrá su voluntad, a la cual someterse, bebiendo sus manjares agridulces, respirando su aliento, acogidos en su regazo, someterse a su santa voluntad, queda para mortales.
Seguira la vida cuando todo finalice, y en ese instante descubriremos que lo eterno es su presencia, todo lo demás posee fecha de caducidad.

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