viernes, 1 de noviembre de 2013

He recorrido los territorios que mi limitada vida pude, explorando los rincones que me surgieron ante mí. He consumido fuerzas y deseos hasta llegar a aquí. Ahora tras disfrutar con intensidad los goces que encontré, y sentir con profundidad los dolores de la existencia, sólo deseo ser como árbol que contempla el transcurrir de la vida, observar como fluye el río, y sopla el viento. Ahora deseo ser el árbol, que enraíza sus raíces con profundidad, firme sobre el suelo, y muestra su alargada copa para rozar el cielo, y ser instrumento de música para el viento.
Ahora deseo ser quien acoge a la vida que fluye ante mí, dejando de buscarla por el espacio. Ser observador que contempla gozoso los amaneceres, y los atardeceres, conversar con los viajeros, y buscadores, así recibir sueños e historias, silencios y amores que el río, el camino o el viento traiga. 
Sólo quiero ser como el árbol que se planta en un espacio y vive toda la vida, sin necesidad de explorar la tierra. Ni necesidad de querer vivir todo de la vida.

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