miércoles, 13 de noviembre de 2013

No se que es la eternidad, ni entiendo el concepto del tiempo, cuando permanezco en tu compañía, cuando tus lágrimas se clavan en mi alma, y tu sonrisa empapa mi piel, desconozco si sos la mujer de mi vida, porque mi vida es ahora, cuando estoy  hipnotizado por tu mirada. No se donde abandoné el pasado ni cuando renuncié al futuro, pero en este instante a tu lado, siento entera la vida, palpitando por mis venas, en este instante que únicamente caminamos, que únicamente conversamos, que únicamente nos miramos. En este instante preciso, y sucesión de instantes precisos, tienen otro sabor mis emociones, otra verdad, más desnuda, más pura, más espontánea. Y es que fluye en  cada silencio tuyo, la sincera vida mía, que es despojada de enjuiciamientos. Bebería tu voz, que escucho con gratitud, el sonido que aununcia las apertura de tu piel, invitando a pasar al hogar que cuidadosamente cuidas, siendo así como desfilan las heridas que la frustración o el desengaño infringieron, y el placer alegre de las metas traspasadas.
Yo no se si es real el tiempo, pues en compañía tuya no lo siento a mi lado, pero si me lleno del aire que circula entre nos, de la luz que nos permite contemplarnos y del silencio que comunica más que mis palabras, gozando de carcajadas sin fin, renaciendo en cada beso y en cada caricia. Así solo se que vivo junto a ti, lleno de esperanzas e ilusiones, que mi amor por tí adjunta, y cuando ves mi embelesamiento, en realidad contemplas como a través de mi mirada me lleno de tu belleza, de gratitud por compartir conmigo. 
No se que es tiempo, mas la vida es el instante que lleno de amor.

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