lunes, 4 de noviembre de 2013

Llueven los días, empapando de ilusiones, las esperanzas exhaladas, las voces silenciadas, y entre el sol y la luna transcurre la eternidad de una fugaz existencia, repleta de vida plena. Calan los huesos sueños flotando por el viento, en alfombras de otoño cálido, con hogueras de vida, alrededor de la cual danzan corazones envueltos en piel. 
Llueven silencioso días, ante oscuras noches, que reclaman su dosis de fantasía, verdades de cuentos, que sólo es visible al ojo del espíritu, acogedoras oscuridades donde lo invisible humaniza el encuentro.
Llueve iluminados días, despertando nacimientos, fluyendo de alegrías.

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