Remueve mi cuerpo una ausencia de sueño, que abandono el estado de cansancio. En una noche cerrada, oscura que trae brisa fresca, mientras se tensiona la mente, y agota la mirada. No existe razón consciente para este estado de vigilia agotada, de espera del sueño perdido. El silencio trae sonidos de pensamientos rebeldes, estados emotivos responden alocadamente, y mi cuerpo no logra reposo.
Las flechas de los deseos se clavan en mi voluntad exhausta. ¿Cuánto tiempo transcurrido de inmovilidad vital? ¿Cuánto tiempo de búsqueda y acción para no sentir movimiento alguno? Parece que todo desea ser revelado de forma brusca, desequilibrando la estabilidad aparente.
Indefenso y expectante dejo que el tiempo transcurra y lo oculto decida sus pasos, muestre su rostro, y pronuncie sus sentencias.
Mañana vagaré y queda confiar en mi sabiduría desconocida.