jueves, 3 de julio de 2014

Escucharnos para reencontrarnos.



Mientras en un día tormentoso, comenzamos la clase con el tema de la escucha activa, escucha necesaria para la vida, prestar atención a nuestros interlocutores, y evitar de este modo la soledad. Consiguiendo también un acto creativo y de encuentro satisfactorio. Sigo observando la necesidad imperiosa de escucharnos, atrayendo de este modo un poco de silencio que nos calme y reencuentre con nuestra esencia personal y colectiva.
Una escucha que potencie nuestra observación, y nos resitúe dentro del medio ambiente, de nuestra naturaleza, para vivir más acorde a nuestros más profundos deseos, y necesidades.
Necesidad de escucharnos, desde el silencio oír nuestro ser, escuchando al cuerpo, al espíritu, al inconsciente ampliando el conocimiento propio, y actuando sin desgarrarnos internamente, desde una honestidad y sinceridad, que muestra una persona renovada.
Escuchar como acto de gratitud ante lo que recibimos, llenándonos de experiencias y saberes que ensanchan nuestro ser. Crecer en silencio de la escucha, en el encuentro con los semejantes. Disolviendo enfrentamientos al comprobar que nos identificamos con lo común, la misma masa de la cual surgimos.

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