jueves, 24 de julio de 2014

El verdadero paraiso

El verdaero paraiso es la juventud, la niñez el el reino de los sueños. En la juventud es donde despertamos a la sensualidad, a la aventura, a la autonomía, donde nos enamoramos de tal modo que queda grabado en nuestra memoria. Es el lugar donde volvemos para refugiarnos, o para recordar aquellas decisiones que nos marcan de por vida, donde en ocasiones nos sentimos vivos plenamente. Es el verdadero paraiso, del cual podemos ser expulsados de forma voluntaria, o forzosa, y añoramos cuando atravesamos momentos difíciles, o simplemente recordamos nuestra banda sonora. Es la etapa más intensa que vivimos, más espontanea, menos limitada de nuestra vida, donde la responsabilidad se asume para seguir experimentando, en la adultez retomamos en ocasiones.
Es el paraiso que perdemos cuando nos convertimos es homo responsables, y planificamos el futuro, algo que no sucede en la etapa de la juventud, donde aún queda resquicios a soñar no como un imposible. Viviendo cada instante, cada día cual último.
Es la etapa donde nos perdemos sin preocuparnos, y nos hermanamos alegremente. Es la etapa que buscamos el resto de nuestra existencia, despreocupada en intensa en emociones, el verdadero paraiso.
El mundo esta ahí para disfrutarlo, para comerselo aunque se nos indigeste. El momento de madurez como potencial donde sentimos nuestro crecimiento personal.
La vida es una fiesta que nos hiere y nos sangra dejando las huellas más profundas de nuestra vida. Atrevidos abordamos los riegos para lograr nuestros deseos, y caemos al inferno para volver a levantarnos.
Lloramos con toda nuestra tristeza, y reimos con toda nuestra alegría, sin apenas sentirnos angustiados ni deprimidos.
Es una etapa de actividad frenética, y sabiduría que acumulamos para aplicar a posteriori. El lugar a donde queremos regresar en la oscuridad de nuestra adultez, en el instante donde todo se hace pesado de aburrimiento. El paraiso al alcance de nuestra mano.

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