martes, 17 de diciembre de 2013

Cierra el tiempo su existencia cíclica, comprimiendo en recuerdos variados un año de vida. Se acerca los días de pronunciar propósitos para otros trescientos sesenta y cinco días, en mi un rastro de melancolía y esperanza fluye por mi cuerpo, enmiendas no pronunciadas se imponen el el silencio del cuarto. Todo sobre una base de cansancio por sobrevivir en este año.
Renueva la vida mi piel desgastada, exponiendo los nervios que acogen las sensaciones del ambiente, en extraña paz que permite respirar armónicamente. Renovando el oxigeno que nutre mis deseos aún por cumplir, mis sueños.
Con ojos cerrados contengo el tiempo en un suspiro de fe, desconectado de la relalidad, para adentrarme en mi profundidad, en mi anhelo de vida, nacimiento de mi existencia, existencia sin contaminar, donde todo es tevelado.
Llega el reencuentro con mis promesas, con mi libro de vida, con mis experiencias, para renovar mi compromiso con la vida.

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